Sólo imagina ríos limpios, el mar azul claro en su máximo esplendor y siente su energía como parte de tu misma naturaleza, somos bendecidos por la vida, sólo nos toca respetar y amar tanta belleza.
Como sucede con lo que ya consideras tuyo, es fácil dejar de dar su real valor a los recursos que nos mantienen, no sólo vivos sino seguros y protegidos. Quizá también es cierto que hemos venido perdiendo esta consciencia del valor del agua, porque la urbanización en nuestra ciudades nos ha resuelto la necesidad de pensar en tenerla, al sólo abrir las llaves y contar con ella.
Imagina que, como sucede en el campo, en la sierra, donde aún no hay ductos que conduzcan el agua a tu casa y hacia fuera de ella, tener que construir desde un retén de agua para que cuando llueva, puedas acumularla en un tambo o bien que tuvieras que conectar una manguera al manantial más cercano para que ayude a llenar una pileta en tu casa o bien, que tuvieras que ir cada vez que se acaba el agua de los garrafones al manantial donde está el agua más “limpia” en tu comunidad para poder cocinar y beber.
Todavía recuerdo que era muy divertido y normal, hacer esto cada vez que visitábamos a nuestra familia en el campo. Hoy sé que esos manantiales a los que íbamos por agua, están disminuidos y que el agua que llega a ellos, ya no la podemos tomar pues puede estar arrastrando químicos de los campos de cultivo, también recuerdo que hubo disputas entre los pobladores y el sacerdote del pueblo para que no se vendiera el agua del manantial a cambio de la construcción de la iglesia. Hoy el agua que recargaba la laguna y el manantial del pueblo, están entubadas y surten a la ciudad más cercana, por lo que ahora es más complicado conseguirla y se depende en un 90% de que llueva en la zona.
No se si conozcas tu una historia similar, si viviste cerca de ríos o mares donde jugabas cuando pequeño y ahora que ya vivimos en grandes ciudades, haz dejado de divertirte en ella. Nos gustaría conocer tu historia y juntos volver revivir en nuestras vidas y corazones el amor por el Agua.
El agua, que nos cuida desde que nacimos y que como dijo Loran Eisley, “SI HAY MAGIA EN EL PLANETA, ESTÁ CONTENIDA EN EL AGUA” o como dijo Jacques Y. Cousteau «OLVIDAMOS QUE EL CICLO DEL AGUA Y EL CICLO DE LA VIDA SON UNO MISMO».